domingo, 2 de febrero de 2014

Compartiendo Miradas

¿Felíz con la vida que llevas..?

  Ayer tarde cogí la bici y me fui a investigar por la ruta del río, me gusta observar a los pájaros, el sincrónico vuelo que hacen en bandadas cuyos giros son de una armonía espectacular aprovechando las corrientes de aire para elevarse y acudir a tierra.

  Es curioso cómo los pájaros después de un día de revuelo por toda la ciudad y alrededores, vuelven a su lugar de origen, al punto de partida un día tras otro, en eso lo podríamos comparar con lo que hacemos los seres humanos, vamos y venimos y finalizamos el día en nuestro hogar físico, a diferencia de que ellos están en conexión a cada instante con esa armonía, la cual les hace saber perfectamente qué han de hacer, cómo y cuándo… nadie les da clases de vuelo, ni les indican cómo hacer sus hogares, ni hacen un master de orientación, ni se les dice que suelten el plumaje cuando cambian las estaciones… Son vividos por la vida.

  Me venía fijando en la capacidad tan elevada que tenemos los seres humanos de poder ser conscientes de esa conciencia que confluye en nosotros y a nuestro alrededor, que es lo que nos difiere de ellos.
Los pájaros simplemente vuelan porque su propósito de vida es volar, saben su verdadera función y así hacen, alineándose con la VIDA, como los bebés cuando están dentro del útero materno.
Esas aves no piensan, por ejemplo, que les gustaría ser un pez para estar dentro del agua, ¿os imagináis a un pájaro deprimido por no poder ser un pez..? que absurdo parece ¿verdad?? Pues nosotros lo hacemos una y otra vez.. y bien es cierto que aunque seamos conscientes de esa absurdez, no acabamos de poder sentir esa gran verdad, ya que una vez más cedemos nuestro poder a nuestros programas, a nuestras creencias, esa estructura mental fuertemente arraigada en el pensar colectivo, familiar, individual.. obsequiándonos pensamientos de gran desvalorización hacia nosotros mismos.

¿Qué es lo que nos impide ver?
Nos lo impide la obcecación de creer que somos lo que vemos, este cuerpo físico.
En realidad lo que creemos que somos, es tan solo nuestro comportamiento, somos algo más grande, algo que simplemente ES, no tiene definición alguna.

Cuando vamos desgranando y comprendiendo nuestro comportamiento formado por creencias alimentadas por nuestros miedos, descubrimos que en la base, cubierta  de mentira, se halla lo más preciado, nuestro SER, ese SER que aporta la verdadera felicidad, el que trae consigo nuestro propósito de existencia, en ese punto nos daremos cuenta que siempre estuvo ahí, que lo único que hacía falta era quitar todo el decorado que fuimos poniendo por temor a ser quienes somos, llegando a la conclusión de que recuperar el poder era sencillamente dando un salto con certeza hacia lo que creemos que son nuestros límites, hallando así, la libertad.

Y finalizo con la misma pregunta con la que comencé:
¿Te sientes felíz a cada instante con la vida que llevas?
Si sientes que SÍ, enhorabuena!!
Si tu respuesta es NO, date prisa! acabas de tomar conciencia de algo muy valioso, da ese salto, no cedas más tu poder a tus miedos!!!

PaLoMa



No hay comentarios:

Publicar un comentario